La Comisión Europea (CE) está explorando formas de lograr que los estados miembros dejen de usar equipos de telecomunicaciones de vendedores chinos como Huawei o ZTE. La tensión entre Europa y China se recrudece una vez más, y no está nada claro que esta decisión sea beneficiosa para las empresas europeas.
Huawei en Europa no, gracias. En Bloomberg citan fuentes cercanas a estos planes y hablan de cómo la vicepresidenta de este organismo, Henna Virkkunen, ha adoptado una postura muy contundente. Aparentemente, Virkkunen quiere detener completamente el uso de equipos de telecomunicaciones de Huawei con un argumento llamativo: convertir eso en un requisito legal.
Daría igual lo que pensara cada país. Hace años que la UE ya recomendó evitar en la medida de lo posible los equipos de telecomunicaciones chinos, pero era una sugerencia sin carácter obligatorio y los estados miembros eran los que decidían en este ámbito. España, por ejemplo ha seguido usando estos equipos. La teórica propuesta de la Comisión obligaría legalmente a los países de la UE a romper lazos comerciales con esas empresas. De no cumplir el requisito, esos países podrían exponerse a sanciones económicas.
Antes eran sugerencias. A principios de 2020 la Unión Europea anunciaba esas recomendaciones bajo el nombre de "5G Toolbox". Por entonces alertaban de los riesgos pero dejaban margen de maniobra a los estados miembros. Ahora pasamos de una recomendación suave a una imposición legal, porque ese "Toolbox" era voluntario.
El argumento de la seguridad nacional. El argumento es el mismo que se esgrimía en el pasado: los eurofuncionarios temen los riesgos asociados a usar equipos de comunicaciones de empresas (como Huawei) tan ligadas al gobierno chino. Mantener dichos equipos, plantea esta estrategia, podría comprometer la seguridad nacional.
Y cuidado con países fuera de la UE. El plan de la UE no es solo el de que los países miembros abandonen esos equipos, sino presionar para que países fuera de la UE también lo hagan. Así, intentaría bloquear el uso de los fondos del programa Global Gateway si quienes los utilizan los dedican a comprar equipos de Huawei.
Las operadoras, perjudicadas. Las empresas de telecomunicaciones europeas también parecen oponerse a este plan. En primer lugar, indican en Bloomberg, porque la tecnología de Huawei es a menudo más barata e incluso superior a las alternativas occidentales de Nokia o Ericsson. Y en segundo, porque sustituir los equipos existentes es extremadamente costoso y puede retrasar los despliegues actuales y futuros.
División interna. A falta de que se confirme el plan de la CE hay otro elemento clave: hay división interna entre los miembros de la UE. Alemania y Finlandia siguen deliberando sobre qué restricciones imponer, mientras que España y Grecia siguen adquiriendo equipos de telefonía de estos fabricantes.
Qué dicen en China. Lin Jian, portavoz del Ministro de Exteriores chino, ha indicado que cuando ciertos países eliminan a la fuerza los equipos de telecomunicaciones de firmas chinas como Huawei, no solo ralentizan su progreso tecnológico, sino que también sufren pérdiads económicas. Añadió además que "Instamos a la #UE a que proporcione un entorno empresarial justo, transparente y no discriminatorio para las empresas chinas y evite socavar la confianza de las empresas a la hora de invertir en Europa".
Recordemos a Suecia. En 2020 Suecia decidió prohibir el uso de equipos de telecomunicaciones de fabricantes China con el mismo argumento que ya conocemos de la seguridad nacional. Eso teóricamente favorecía a la empresa local, Ericsson, pero su CEO criticó la decisión del gobierno sueco precisamente porque él sabía lo que iba a pasar.
La venganza se sirve en plato frío. Y lo que pasó es que China tomó represalias. Unos meses después China Mobile anunció presupuestos y contratos para impulsar la infraestructura de telecomunicaciones del país, y Ericsson fue la mayor perjudicada. La empresa tenía casi el 11% de cuota de mercado antes de la decisión del gobierno: hoy en día su cuota no llega al 2%.
Veto peligroso. De confirmarse y hacerse efectivo, el veto a poder usar equipos de telecomunicaciones en la Unión Europea resulta peligroso precisamente por lo mismo que sucedió con Suecia. China sigue siendo un gran aliado comercial de China a pesar estar más alineada con EEUU en ámbitos como los semiconductores. Con este tipo de acciones Europa se posiciona aún más con el gobierno de Trump, algo que en cierto modo resulta sorprendente porque Europa ya salió mal parada tras el acuerdo con los aranceles.
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